Rehidratarse con refresco en el calor: Una muy mala idea

Rehidratarse con refresco en el calor: muy mala idea

Beber refresco, al contrario de hidratar, causa deshidratación y aumenta los riesgos de enfermedad renal cuando se consume durante y después de hacer esfuerzos importantes como el trabajo manual en un clima de 35°C o más. 

¿Alguna vez te has rehidratado con un refresco durante tu jornada laboral en un ambiente con altas temperaturas? Si, ese trago “refrescante” al líquido negro con cafeína, azucarado y plagado de químicos. ¡Cuidado! Existen efectos muy nocivos que los refrescos generan en la función renal de tu cuerpo.

Cuando se hacen esfuerzos en ambientes calurosos, el cuerpo regula la presión arterial y conserva el agua al reducir el flujo de sangre a los riñones. Esto puede causar una lesión renal debido a que se reduce la cantidad de oxígeno que llega a estos órganos. Y ahí no paran los efectos dañinos, la función renal deficiente también se asocia a otras enfermedades como:

Los riñones son capaces de filtrar más de 142 litros de sangre por día, eliminando cualquier tipo de desecho por medio de la orina.

 

 

LA ALIMENTACIÓN Y LA SALUD RENAL

La alimentación tiene una influencia primordial sobre la salud de los riñones. Los componentes alimentarios problemáticos que encabezan la lista son: el azúcar y el exceso de proteínas.

La mayoría de los adultos consumen más proteínas de las que necesitan y de dos a cuatro veces más azúcares de los que se considera seguro para el cuerpo humano. Estos dos factores dietéticos por sí mismos, y especialmente combinados, ejercen un estrés significativo en los riñones además de promover enfermedades y cálculos renales.

 

 

 

La deshidratación leve pero crónica es una de las causas más comunes de cálculos renales.

Los síntomas más comunes de que algo no anda bien con los riñones son:

  • Micción frecuente.
  • Problemas para orinar, dolor o sensación de ardor.
  • Sensación de sed crónica.

 

También está comprobado que los analgésicos dañan los riñones cuando se toman en exceso y/o durante largos periodos de tiempo. Esto incluye aspirina, ibuprofeno, acetaminofén, naproxeno y paracetamol, especialmente si se combinan con alcohol, incluso si la cantidad de alcohol es mínima.

Por lo que mezclar refresco, alcohol y un analgésico mientras se trabaja en el calor, puede ser una de las más peligrosas combinaciones.

 

BEBER REFRESCO PARA HIDRATARSE: UNA PÉSIMA IDEA

Investigaciones recientes demuestran los efectos nocivos que estas bebidas azucaradas tienen sobre el cuerpo mientras se trabaja a altas temperaturas. El estudio publicado en el American Journal of Physiology (1) encontró que beber refresco, al contrario de hidratar, causa deshidratación y aumenta los riesgos de enfermedad renal cuando se consume durante y después de hacer esfuerzos importantes como el trabajo manual en un clima de 35°C o más.

 

Según un estudio reportado por Science Daily (2):

  • Un grupo de voluntarios realizó un esfuerzo físico significativo durante 45 minutos.
  • Posteriormente descansaron 15 minutos. Una parte de los voluntarios bebió 473 ml de refresco con cafeína y alto contenido en fructosa, mientras que otra parte bebió agua.
  • Repitieron el ciclo 3 veces más durante un periodo de 4 horas.
  • Al terminar el trabajo físico y consumir su bebida asignada, se les tomaron datos como temperatura corporal, presión arterial, frecuencia cardiaca, peso y funciones renales.
  • 7 días después, se repitió la prueba intercambiando las bebidas asignadas.

 

Cuando los voluntarios bebieron refresco:

75% de ellos tenían un nivel elevado de creatinina en la sangre (un marcador de daño renal), a diferencia de solo un 8% de los voluntarios que consumieron agua. 

Se pudo corroborar que aquellas personas que realizan esfuerzos físicos bajo altas temperaturas y consumen refresco al finalizar su labor tienen:

  • Una tasa de filtración glomerular más baja (otro marcador de daño renal)
  • Niveles más altos de ácido úrico
  • Deshidratación leve
  • Niveles altos de vasopresina, una hormona antidiurética que eleva la presión arterial

 

 

Un refresco durante y/o después del esfuerzo físico en el calor no hidrata, genera daños renales, sed crónica, dolor o ardor al orinar y micción frecuente.

 

Para hidratarse nada mejor que una bebida hidratante como HIDRO 220. Científicamente formulada con nutrientes, vitaminas y minerales que se mezclan con agua para restituir electrolitos perdidos, creando una resistencia líquida, logrando contribuir con máximos niveles de concentración, rendimiento físico, incremento de energía, motivación y sentido de alerta. 

 

EL CALOR Y LOS REFRESCOS

Si bien está comprobado que los refrescos resultan dañinos para los riñones en cualquier momento, resultan particularmente dañinos durante el clima cálido. Hacer trabajo físico en temperaturas altas aumenta los biomarcadores de lesión renal aguda, incluso sin tomar refresco. Esto aunado a que las bebidas con alto contenido de fructosa aumentan el riesgo de lesión renal cuando se está deshidratado. Por lo tanto, la combinación de ambos (esfuerzo en el calor más consumo de refresco) impedirá la función renal saludable y aumentará el riesgo de sufrir una enfermedad renal.

 

CLAVES PARA PROTEGER LA SALUD DE LOS RIÑONES

  • Evitar el consumo de fructosa o limitarla a 25 gr por día.
  • Ingerir únicamente la cantidad de proteínas que el cuerpo necesita. (3)
  • Restringir el consumo de bebidas azucaradas, refrescos,  jugos de frutas, y beber agua pura o electrolitos orales que restituyan los minerales perdidos durante el esfuerzo físico.
  • Observar el color de la orina y la frecuencia de las visitas al baño.
  • Consumir diariamente verduras y frutas frescas.
  • Ajustar la ingesta de potasio y de sodio en función de la salud renal.
  • Consumir pimientos rojos, repollo, coliflor, ajo, cebolla, manzanas, bayas, cerezas, uvas rojas y moradas, sandía, jugo de limón, col rizada, semillas de calabaza y otros alimentos ricos en vitamina  A, C, B6, potasio, antioxidantes y fibra.
  • Usar hierbas con propiedades para limpiar los riñones como: jengibre, cúrcuma, diente de león,  ortiga, raíz de malvavisco, enebro, entre otras.

 

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 Fuente: Dr. Mercola